Si queremos despejar la ruta hacia nuestro espíritu no podemos dejar de reconocer nuestro aspecto más denso, nuestro cuerpo, mente y emociones. Nada en nuestro ser está separado, todos sus aspectos forman parte de lo que realmente somos. Si solo reconoces tu parte más espiritual estas dejando en la oscuridad grande parte de lo que crea tu vida inconscientemente.
Ser capaces de conocernos, y no solo lo que creemos que somos, sino todo eso que está en la inconsciencia y que aun falta por reconocer, nos permite dar pasos mucho mas firmes en este camino. Solo cuando somos capaces de reconocer que algo no está en armonía con nuestro ser podremos gestionarlo y dejar que eso ya no opere de forma “automática” en nosotros.
Nuestra mente opera con una rapidez impresionante y esta va creando la realidad que vivimos día a día. Muchos de los pensamientos que dan vueltas en nuestra cabeza, son, en su mayoría, pensamientos inconscientes. No tenemos claridad de que estan operando y creando nuestra realidad porque nuestra atención está en otro foco, en preocupaciones del futuro, en algún evento que acabado de pasar en mi vida y que no puedo dejar de repetirlo una y otra vez en mi cabeza, en las compras que debo realizar, en el trabajo que debo entregar, etc.
Todo este parloteo mental inicia apenas nos levantamos, comienza a funcionar esa máquina en tu cabeza y a operar estás funciones automáticas que hasta el momento han gobernado nuestra vida.
Si queremos tener una vida mas plena, abundante, llena de dicha y gozo, nuestro primer paso es conocernos a nosotros mismo, conocer todos esos pensamientos y emociones que crean nuestra vida para poder ir gestionándolos y deshaciéndonos de creencias, estructuras e ideas que están limitando nuestro potencial.
El camino espiritual no es una senda externa que debemos recorrer, es reconocer lo que somos interiormente y limpiar todo lo que está en la mente que impide conectar con esta esencia poderosa, con lo que realmente somos.
¿Te atreves a experimentar y conocerte?
Con amor, Fran
Francisca Castillo
Mis años como terapeuta y mi propio proceso en la búsqueda de mi bienestar me ha llevado a creer profundamente en nuestra propia capacidad para gestionar nuestra vida desde el amor y la aceptación de uno mismo. Comprender que dentro de nosotros están todas las respuestas y confiar en que nadie más que uno sabe lo que quiere nos proporciona la verdadera libertad que tanto buscamos.
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